"El erotismo es una de las bases del conocimiento de uno mismo, tan indispensable como la poesía". ( A. Nin)

domingo, 27 de diciembre de 2009

23 de octubre de 1932



Siempre creí que era la artista en mí la que hechizaba. Creía que era mí casa esotérica, los olores, las luces, mi vestimenta, mi trabajo. Siempre estaba adentro de la gran venera artista activa, tímida, inconsiente de mi poder. ¿Qué hizo el doctor Allendy? Desecho al artista, manipuló mi esencia, sin historia, sin mi creación. Incluso me ha preocupado su desapego del artista: me ha sorprendido que me tomara así, tan dépouillée de artificios, de mis redes, encantos, elixires. Y esta noche, sola, mientras espero a los invitados, comtemplo esta esencia recién nacida y pienso en lo que le han aportado Hugh, Allendy, Henry y June. Recuerdo el día que le regale joyas a Ethel, la hermana de Hugh; hoy, la prima Ana María me regala piedras para el acuario y un pez con graciosas alas verdes y dice : "Quiero ir a Londres contigo. Quiero salvarte de June". Entonces me tiendo de espaldas y lloro con infinita gratitud.

Me voy de Londres. Renacen mis fuerzas y debo aplacar el dolor recurrente. Necesito muchos días para aplacar un poco mi vida o moverme en mi diario, mi historia. No puedo deshacerme de la locura en un día. Todavía tengo horas en las que me revuelco en mi dolor como en un horno, y sucede cuando Henry me dice por télefono: " ¿ Te sientes bien?", y yo respondo "Sí". O cuando cae la chinche de una esquina de la fotografía de " H.V. Miller, escritor gángster", y entonces comprendo cuanto me he distanciado del lesbianismo , y cómo es que sólo la artista en mí, la energía dominante, se abre para fecundar a las mujeres hermosas en un plano que es dificíl de aprehender y que no tiene la menor relación con la actividad sexual corriente. ¿ Quién creerá la dimensión y la magnitud de mis ambiciones cuando perfumo la belleza de Ana María con mi sabiduría, mi experiencia, cuando la domino y la seduzco para enriquecerla y crearla? ¿ Quién creerá que deje de amar a June cuando descubrí que destruye en lugar de amar? ¿ Por qué no conoci la dicha cuando June, esa mujer espléndida se hizo pequeña entre mis brazos, me mostró sus temores, su miedo de mí y de la experiencia?
El Simún esta noche. Torbellinos. Es de noche, he sido fuerte todo el día. No debo debilitarme tanto sólo porque es de noche y estoy cansada.
Cuando advierto que June está inmensamente celosa de mí debido a lo que hice por Henry , le digo: "Todo lo hice pensando en ti".
También ella miente: dice que quería verme a mí antes que a Henry.
Peri después de la mentira digo una verdad: recuerdo la pena que me embargó cuando leí las notas de Henry que ella trabajaba para él y Jean ( Kronski) y que de una vez, frenética de cansancio y rebeldía, exclamo: "! Los dos dicen que me aman pero no hacen nada por mí". Se lo recuerdo y siento ganas de hacer algo por ella. Pero apenas lo digo mi deseo se desvanece, porque soy consciente de que es un deseo autodestructivo, que me falta vitalidad, que he trabajado bastante para Henry y no quiero hacer más sacrificios. Así muere mi espontaneidad, mi generosidad se vuelve una mentira cuya frialdad me deja atónita, y ojalá los tres pudiéramos reconocer que estamos hartos de los sacrificios, hartos con los sufrimientos inútiles.
Con todo, soy yo la que trabaja para Henry y June, pero con espíritu rebelde. Consciente de que no tengo motivos para reprocharme ni castigarme, de que por fin estoy absuelta de mi culpa y merezco la felicidad.
June espera que yo decida qué haremos mañana a la noche: June cuenta con mi imaginación; June permitirá que yo revele mi inexperiencia en al vida misma. Ahora que es mía por una noche ¿qué haré con esta noche y con ella?. Soy una escritora de páginas fabulosas , pero no sé vivirlas.
René Lalou es exuberante, dominante, locuaz, ingenioso. Se sintió fuertemente atraído por mí a pesar suyo, porque su gran equilibrio quiere alejarse de mis tinieblas. Pero su exuberancia fisica lo arrastró. Por primera vez adquirí conciencia de mi poder sobre el hombre sensato: su frivolidad y su ingenio se suavizaron gradualmente. Al final de la velada René L alou, el hombre con sangre española en las venas.
Reí mucho, pero éche de menos a mi amor, la cualidad más densa; más tenebrosa de Henry. El fulgor de Lalou, su pasión por la abstracción me interesarom, pero eché de menos a Henry ... lo eché de menos-
Lalou fustigó el surrealismo y luego imploró que le mostrara mis páginas sobre June. Se mofó de la obra de la minoría y después expreso su deseo de que publicaran en algo más difundido que Transition.
Esta mañana recibo una hermosa carta de Allendy con la despedida " le plus dévoué, peut-etre", y advierto hasta dónde ha penetrado su extraña devoción, con cúan sutileza me rodea, sin tragedia ni sensacionalismo. Me siento como una persona que ha sido drogada, demente, que despierta una mañana en medio de una claridad idílica, recién nacida.
!Qué esfuerzo para liberarme de la oscuridad y el ahogo, de un gran dolor asfixiante, de la inquisición autolacerante! La mirada de Allendy con su doble amor: sus ojos extraños, manos y boca cálidas. Ya no quiero dar más; quiero tenderme a espaldas y recibir regalos. June tiene mi capa negra, pero se la regalé con mi primer fragmento de odio. No estoy en su poder.
Cada uno ha encontrado en mí una imagen intacta de sí mismo, de su yo potencial: Henry vio al gran hombre que podía ser, June la extraordinaria personalidad. Cada uno se aferra a la imagen de sí mismo en mi para tener vida, fuerza.
June carece de seguridad esencial, por eso sólo puede afirmar su grandeza por medio de su poder de destrucción. Hasta que me conoció, Henry sólo podía afirmar su grandeza destruyendo a June. Se devoraron mutuamente; él la carucaturizó, ella lo debilitó al protegerlo. Y cuando lograron destruirse, matarse mutuamente, Henry lloró la muerte de June y June lloró porque Henry ya no era un dios y ella necesitaba vivir para un dios.
June quiere que Henry sea un Dostoievsky, pero se lo impide, inconsiente e instintivamente.

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